Está es la segunda parte de la historia, la primera parte está acá
Lo voy a lograr...
Finalmente llegamos, ya veo el aeropuerto, aviones a lo lejos, es un lugar pequeño, no se compara con el Arturo Merino Benitez o el Ezeiza, es un aeropuerto para aerolíneas de bajo
costo (Wizzair, RyanAir, etc), por lo tanto lejano de las ciudades grandes y con reducido personal e instalaciones. Me bajo del taxi, y le digo al conductor que ha salvado mi vida, estoy a tiempo, tomo mis cosas y salgo corriendo, el chófer me dice gracias, que también lo salvé, no entiendo el porqué, tal vez necesitaba el dinero, me respondo a mismo. Corro hacia el check-in que esta a escasos metros del estacionamiento (les dije que era pequeño) con voz acelerada digo "vuelo a Shannon", con un inglés arrebatado, pasaporte en mano y mi corazón agitado, ya casi lo logro, me dice que cual es mi número de reserva, no me lo se, no lo anoté, no tengo como obtenerlo, me dice que vaya a uno de los puestos contiguos, que ahí me darán el número, cruzo la distancia que separa a ambas mujeres en no tiempo, no puedo dejar de pensar en que ya casi lo logré, que ya estoy pronto a tomar el avión, después de tanto sufrir; llego al stand donde me van a dar el famoso número, pregunto por el y me responde una francesa que ya olvide completamente su apariencia y se produce el siguiente dialogo:
- "Hola, necesito mi número de reserva para el vuelo a Shannon", digo agitado.
- "Vuelo a Shannon para las 00.15?"- me pregunta.
- "No, para las 22.45", respondo.
- "Mmmmm, creo que el check in para ese vuelo ya cerro, debes preguntar allá" (y apunta hacia donde me encontraba antes)
Finalmente llegamos, ya veo el aeropuerto, aviones a lo lejos, es un lugar pequeño, no se compara con el Arturo Merino Benitez o el Ezeiza, es un aeropuerto para aerolíneas de bajo

- "Hola, necesito mi número de reserva para el vuelo a Shannon", digo agitado.
- "Vuelo a Shannon para las 00.15?"- me pregunta.
- "No, para las 22.45", respondo.
- "Mmmmm, creo que el check in para ese vuelo ya cerro, debes preguntar allá" (y apunta hacia donde me encontraba antes)
Corrí al lugar señalado, le pregunto si puedo hacer el check in y me dice con una desagradable voz de hermana menor consentida: "Lo lamento, pero el check-in de su vuelo terminó hace....(ve su reloj)...2 minutos". Llevo ambas manos a mi cabeza, todo ha sido en vano pienso por escasos segundos, pero no voy a perder el avión sin dar la pelea, al menos intentar que me dejen subir, simular un ataque, un llanto, una crisis, provocar la máxima sensación de lástima en quienes me impiden tomar el maldito vuelo.
Le explico la travesía por la que he pasado, que no tengo más dinero, que no tengo como volver a París, que sin ese vuelo todo se acaba, le recito lo del taxi, le disparo todo lo que me gasté solo por llegar ahí para que por 2 minutos no me deje pasar. Tengo ganas de llorar y casi lo hago, siento la desesperación tomando poder de mi, por escasos segundos pienso en que pierdo la razón, ella me da una esperanza, me dice que la única opción que tengo es hablar con su jefa, que ella puede autorizarme, que viene en seguida. Llega ella, la bendita jefa, ella tiene mi destino es sus manos, le cuento todo una vez más, parece no escuchar, con actitud soberbia me dice que mejor me compre otro pasaje, le digo una vez más todos mis problemas, dinero de donde?. Discuto, discuto y discuto, ya no hay caso, el avión esta por partir, han pasado 30 minutos desde que llegué.

¡Ce-hache-i!
Llevo casi 10 minutos pidiendo dinero a quienes hacen cola para comprar sus pasajes, he recolectado 5 euros, ya tengo 9 solo faltan 4, parece poco pero cuando son donaciones cada euro parece mucho. Utilizo con todos el mismo dialogo, les hablo primero en francés (comprobé empíricamente que la respuesta de los franceses es mucho mejor al hacer el primer acercamiento en su idioma):
- "Excuse moi, parlez- vous l'anglaise?" ("Perdón, habla Ud. Inglés?")

Ella no dirige hacia mi ni mirada ni palabra alguna, el me dice que no tienen ni un centavo, que no cargan dinero, pero me molesta su poca amabilidad, su frialdad con uno como ellos, me asombra su silencio, les doy recomendaciones de como llegar a su hotel pero parecen no escuchar. Chilenos de mierda es lo único que puedo pensar.
Por fin hacia París

Me subo al bus, que tardará casi una hora exacta, estoy triste y me siento estúpido, desahogo mi tristeza escribiendo, escribo postales a mi familia y amigos, escribo para no pensar, en el transcurso del viaje escribí en total 6 postales, y una carta a mi novia. Llego a París y lo primero que hago es buscar un teléfono para llamar a Vasiliy y contarle lo que pasó, y que me espere afuera de su edificio. Llamo y llamo, no hay respuesta, dice que el teléfono no está disponible, que extraño, es un teléfono fijo al cual llamé cientos de veces. Me dirijo a tomar el Metro, del cual ya manejo casi todas las técnicas para entrar gratis, de todas formas no tengo ni un centavo así que no tengo opción, tal vez debí haber pedido dinero suficiente para tomar el bus y el metro, pero a estas alturas de la noche no tengo mucha claridad. Tengo que hacer un transbordo hacia los RER (explicado en el capítulo anterior), si uno tiene un boleto del metro puede reutilizarlo para combinar con estos trenes, los torniquetes son mucho más complicados que los del metro, tienen unas puertas neumáticas que son bastante duras de forzar, veo a un grupo de jóvenes de color que se aprontar a pasar gratis por estas puertas, entre varios afirman cada lado para que el resto del grupo pase, me hacen señas para que aproveche de pasar, pero se forma un tumulto en una de las puertas, nadie logra avanzar, las puertas son muy fuertes, en el torniquete de al lado un señor me hace un llamado para que pase por ahí, y rápidamente me salgo del tumulto y me apronto a pasar, ya estoy completamente al otro lado cuando mi gran mochila queda atorada a medio camino, forcejeo para lograr pasarla, justo cuando ya está pasando se rompe el tirante derecho desde el cual la tenía tomada, ahora apenas puedo cargarla con un sólo tirante.
Intento arreglarla pero veo que toda la gente se apresura en alcanzar el último tren de la noche, no puedo ir muy rápido, casi arrastro la pesada mochila, es inútil, no lo lograré, la distancia que me queda por recorrer deben ser unos 300 mts, finalmente llego a la estación y todos los monitores (que indican la frecuencia de los trenes) están apagados y los andenes completamente vacíos, pregunto a un guardia y me indica que ya no hay más trenes en servicio. No tengo idea de donde estoy, no se como llegar donde mi amigo, no tengo dinero, mi mochila está rota, tengo sueño y hambre.
Siempre hay algo más que puede salir mal
Comienzo a caminar por las calles parisinas sin un rumbo fijo, no logro orientarme. Decido arreglar lo que más me aproblema, el estupido tirante que se rompió, saco un cuchillo, y me hace recordar lo útil que hubiese sido tener la mariposa que me decomisaron en Berlín, en 10 minutos y con mucho ingenio hice una solución perfecta al problema, un escollo menos, ahora ya puedo caminar normalmente con mis 2 mochilas. Veo a unos policías y les pregunto donde puedo tomar un bus para la ciudad universitaria, nuevamente compruebo que con mis esfuerzos por hablar francés ambos son muy amables. No me queda más remedio que caminar 6 cuadras y esperar por el bus nocturno, que pasa cada 30 minutos. Como no tengo dinero debo ingresar con el tumulto y rogar que no pase un fiscalizador. Me subo al bus sin problemas, 20 minutos pasan y me bajo para caminar otras 5 cuadras y llegar donde vive mi amigo.

Inteligentemente escondí todos mis bultos en unos arbustos aledaños para no despertar sospechas en repentinos guardias o estudiantes curiosos. Los tipos que me abrieron la puerta me pidieron que mi amigo viniera a confirmar con ellos que efectivamente yo iba a verlo a él. Me apresuré a subir al segundo piso y corrí a su puerta, golpee un par de veces, tal vez muy fuerte porque salió la persona inmediatamente contigua a la habitación de mi amigo, frente a la no respuesta simplemente abrí su puerta y lo encontré dormido.
Le dije:
-"Vasiliy!, perdoname, perdí el vuelo y todo ha sido una odisea, hay unos tipos abajo que esperan que baje contigo. Si me pudieras acompañar, te explico todo en un momento".
Bajamos a confirmar nuestra amistad. Y cuando los tipos se distrajeron salí a buscar mis cosas. Saqué mi saco de dormir, me desvestí y finalmente me dormí, aún me quedaba pensar como lo haría para llegar a Dublín, pero primero a descansar...